¿Tu hijo se despierta en la noche llorando, asustado, gritando?; posiblemente esté teniendo una pesadilla. Éstas suelen ocurrir durante la segunda mitad de la noche, en el momento en que tu hijo está en sueño REM (que es la etapa de sueño en el que soñamos). Suelen presentarse más comúnmente en niños entre los 2 y 4 años de edad. Tu hijo te reconoce y puede recordar que estaba soñado feo; ya sea que grite para que vayas a verlo o llegue corriendo a tu cuarto; pide que lo abraces y busca tu ayuda para tranquilizarse.
Es importante que cuando despierta de una pesadilla, respondas rápidamente y lo tranquilices, hazlo sentir seguro, que sepa que estás ahí para ayudarlo.
Cuando nosotros, como adultos, tenemos una pesadilla, sabemos que tenemos que cambiar el pensamiento, si no seguiremos con la pesadilla durante el resto de la noche. Pero nuestros hijos no saben hacer eso si no se los enseñamos. Es muy importante abrazarlos y tranquilizarlos pero es igual de importante irle enseñando la habilidad para que cuando sea mayor pueda calmarse y cambiar el pensamiento por sí solo. Pregúntale que fue lo que pasó, evita dar ideas… Los papás luego solemos decir “¿tuviste una pesadilla?” cuando llega nuestro hijo tranquilo caminando a nuestro cuarto con toda la intención de acostarse en nuestra cama… Por supuesto que la respuesta será “si mamá, estoy soñando feo”. La verdad es que esto no suena a pesadilla, más bien suena a que se despertó y pues dormir con papá y mamá es más rico que en su cama solito. Igual pasaría si lo primero que preguntamos es “te duele la panza’”, puedes esperar la respuesta “si, mamá me duele”. No demos ideas; mejor esperemos a que ellos cuenten por sí solos.
Cuando efectivamente es una pesadilla, abraza y tranquilízalo; pídele que te platique que estaba soñando. Dile que lleve su mano a la cabeza y haga el movimiento como si estuviera tomando ese sueño feo de su cabeza y tírenlo al suelo, hay que desecharlo. Ahora hay que buscar un pensamiento positivo que sustituya al negativo. Recuerden juntos un momento bonito que hayan vivido, como un cumpleaños, un viaje, un día o juego especial; y descríbelo. Ayuda mucho también, crear una historia muy descriptiva con poco trama; la idea es generar en su cabeza una visualización. Para que ésta ahora sea el pensamiento que tenga en su cabeza para poder volverse a dormir. Hagan esto en la oscuridad y en voz baja, no quieres estimular de más y que luego la historia sea tan buena que quiere saber que pasa después.
Evita las películas, videos, libros, programas de tele, noticias, y juegos que puedan asustarlo; no sólo de noche sino también de día. Se recomienda también que en caso de dar vitaminas sea durante el día y no a la hora de acostar; ya que éstas pueden provocar pesadillas. Ayuda mucho a disminuirlas el que tu hijo obtenga el sueño que necesita durante el día.
Bibliografía: West, Kim; “The Sleep Lady´s Good Night, Sleep Tight”, 2014, DA CAPO PRESS, Lifelong Books
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