La importancia del sueño
¿Tú hijo se enferma mucho? ¿Tiene cambios de humor radicales y se irrita fácilmente? ¿Está bajo o pasado de peso? ¿Va retrasado en las metas de desarrollo de acuerdo a su edad? ¿O simplemente pareciera no tener límites?
Una posible respuesta: necesita dormir.
1 de cada 4 niños padecen algún tipo de problema de sueño y es algo que se va incrementando con los meses, si no sabemos tratarlos a tiempo.
El sueño es una necesidad básica, ayuda a obtener el mayor potencial de una persona. Durante el sueño se produce la hormona de crecimiento involucrada en el desarrollo correcto, se fortalece el sistema inmunológico, se realizan las conexiones que derivan en una buena memoria y concentración. ¿Cómo te sientes luego de una mala noche? Ahora imagínate unos malos meses, es decir, ¡toda tu vida de bebé!
Regularmente es algo conductual y que si mamá y papá se ponen las pilas, en poco tiempo pueden solucionar.
El tema es que falta información. Nuestros pediatras recomiendan cosas como, aumentar la ingesta nocturna, lo cual es un mito, nadie se siente bien durmiendo “llenísimo”, o bien sugieren dar fórmula.
Hay evidencia científica que demuestra que un niño con leche materna tiene la misma capacidad de dormir, comparado con uno que toma fórmula. Colecha, dicen otros, cuando esa práctica es un acuerdo familiar, es hermoso, cuando es una reacción a la necesidad de dormir y al final, nadie descansa, no es el ideal.
En conclusión, si nos preocupamos por lo que comen nuestros hijos, por su educación, por qué no dedicar esfuerzos a que desarrollen la habilidad de dormirse por si mismos y tener un buen hábito de sueño. Fomentar (de acuerdo a su edad) siestas reparadoras, investigar las horas adecuadas de sueño que deben tener, mantener buenos horarios será un bien que permee a toda la familia, unos padres descansados pueden ofrecer tiempo de mejor calidad.
Existen muchos métodos para enseñar a dormir, desde los extintivos que propone Ferber, dejar llorar en minutos incrementales, hasta los de paciencia que es ir dejando que nuestros hijos vayan encontrando sus tiempos de maduración de sueño, muy de la escuela española.
Elije el que te convenga según tu manera de criar y el temperamento de tu hijo. No lo dejes llorar si es menor a 6 meses, ten paciencia y el mejor consejo que te podemos dar: se constante, no envíes mensajes encontrados.
Existimos los asesores de sueño. En A la Camita, optamos por que los niños desde los 6 meses aprendan a conciliar el sueño sin leche, arrullo con un método gradual donde los papás acompañan a su hijo hasta desaparecer de su vista. Estamos certificadas como Gentle Sleep Coaches con estudios en varios enfoques para ayudar a las familias a conseguir sus objetivos.
Dormir es una necesidad, no un capricho.
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